CANSADO DE OBRAS

Quiero dar un cambio a la decoración del salón de mi casa, pero tampoco es que disponga de demasiado dinero para hacerlo, lo más barato que se me ocurre son unos estores personalizados. Así de esta forma, podría dar un toque diferente al salón de mi casa de manera sencilla, rápida y lo que es más importante, sin obras en casa. Ya que no estoy dispuesto a tener obras en casa durante bastante tiempo. Estoy muy cansado de las obras, llevo aguantando la demolición del edificio de al lado de mi casa y la posterior reconstrucción durante por lo menos tres años seguidos. Creo que ya he superado mi tolerancia a las obras, cuanto más lejos las tenga mucho mejor para todos los que están a mi alrededor. Y no solo es que lleve tres años de obras sino que tampoco se sabe cuándo van a terminar la obra. Los jefes de la obra me parecen unos impresentables, dado que la obra se podía hacer mucho mejor y sin molestar a los vecinos de una manera tan intensa, la obra se está demorando demasiado porque han hecho las cosas sin haberlas pensado primero y después pasa lo que pasa. Y por otra parte, no se puede hacer un edificio solamente con tres obreros. A ese paso no van a terminar la obra ni en la década que viene.

 

Personalmente pienso que la obra ya debería de haber terminado hace bastante tiempo, porque muy cerca de mi casa han tirado otro edificio y lo han vuelto a reconstruir y ya hay gente viviendo en él. No entiendo porque un edificio tarda un año en reconstruirse y el de al lado de mi casa ya van tres años y todavía no se sabe cuantos años más van a tardar y al paso que van seguro que son muchos.

 

Espero que terminen lo antes posibles porque ya me estoy cansando que me despierte todos los días el sonido de la bocina de la grúa a las ocho de la mañana, y además la grúa me hace interferencias en la televisión y por ahí sí que no paso.

Color, color

Hace un tiempo organicé una fiesta para algunos amigos en casa. Era la primera vez que lo hacía en mi nuevo domicilio. He cambiado a una casa más grande. Y más grande significa más espacio pero también más gasto a la hora de decorar. Por eso, al menos en un principio, pensé que lo mejor era tomármelo con calma. Pero cuando escuché una conversación de un par de amigas sobre la decoración de mi casa me he visto obligado a tomar cartas en el asunto, empezando por una maravillosa cortinas de lamas.

Ellas estaban en el pasillo y no me vieron: yo agucé el oído porque tenía la sensación de que estaban criticando algo y todo lo que sean cotilleos me interesan: cuál fue mi sorpresa cuando escuché que la diana de esos dardos venenosos era mi casa: “Qué rancio, parece la casa de un solterón, te has fijado en las cortinas, parecen rescatadas del basurero”.

Diréis que menudas amigas que tengo… Bueno, yo también he sido un poco malévolo en otras ocasiones con las casas de los demás, así que quizás me lo merezca. Me retiré del pasillo de forma sigilosa, no quería que vieran mi cara de apuro cuando me estaban despellejando, pero tomé buena nota. Las cosas como son: tenían algo de razón, mi casa es rancia.

A la semana siguiente contacté con un amigo interiorista y le pedí que viniera para darme un par de consejos. Lo primero que hizo al llegar fue decir dos veces la misma palabra: “color, color”. La verdad es que no dijo mucho más, es un personaje de pocas palabras y además creo que a la tercera palabra ya te pasa una factura, pero me sirvió.

Para el salón me he desecho de las cortinas de la abuela y he puesto unas cortinas de lamas de colores. La combinación de colores la podía elegir yo mismo y he apostado por una gradación de verdes, amarillos y blancos que queda preciosa y hace juego con los complementos, como los cojines y las cajas de los armarios.

Todavía estoy trabajando en el resto de la casa, pero pongo a Dios por testigo que nunca más seré acusado de rancio.

Estores llenos de recuerdos

Los estores fotográficos permiten todo tipo de juegos y de combinaciones con imágenes propias. Solo hay que enviarlas para que se fabriquen los estores a medida y con el fondo deseado. Por eso, algunas personas llegan a realizar auténticas obras de arte. Algunas, cargadas de recuerdos y con un toque nostálgico muy significativo.

Un ejemplo muy habitual en este tipo de cortinas son las que se realizan para niños pequeños. En ella se puede hacer un montaje con diferentes imágenes del niño según ha ido creciendo y colgarlas, por ejemplo pasado un año. Cada cierto tiempo, uno o dos años, se pueden cambiar las cortinas con la siguiente evolución guardando las antiguas como un recuerdo original. Una especie de álbum diferente.

En caso de niños un poco más mayores se pueden realizar divertidas cortinas con sus imágenes o incluso reproduciendo alguno de sus dibujos. Un tierno detalle que a ellos les encantará sintiéndose importantes por haber creado sus propias cortinas aunque hayamos podido echarles una manito para conseguir un resultado que además de gustarles a ellos también nos convenza a nosotros.

Los estores fotográficos también pueden reflejar un paisaje, un lugar especial que trae bonitos recuerdos porque se ha ido allí de viaje con alguien especial o en un momento importante de la vida o, simplemente, porque nos ha impactado especialmente.

La imagen puede ser propia o se puede adquirir una que nos guste en un banco de imágenes. A veces, esto es muy buena idea porque se consiguen fotografías muy bonitas, diferentes al resto que hemos visto y que nos transmiten muy bien el espíritu de ese lugar que hemos visitado.

Incluso puede tener un valor sentimental diferente al reflejar una ciudad que no conocemos pero que deseamos visitar. Una especie de recordatorio diario del sueño que tenemos pendiente de cumplir y al que cada día nos podemos ir acercando un poco más. En definitiva, una manera de continuar manteniendo viva la llama de la ilusión y darnos ánimos.

Para una oficina el estor debe de ser menos personal pero no tiene por qué no tener recuerdos implícitos. Por ejemplo, el skyline de una ciudad es perfecto para estores fotográficos en ambiente laboral, pero no hay por qué limitarse al clásico Nueva York, sino que puede ser de una ciudad que nos diga realmente algo y que nos aporte fuerza y ganas de realizar el trabajo diario.

La luz no será un problema

Los estores solares son la evolución estética y práctica de aquellas láminas en colores dorados que solían ponerse en los escaparates de algunos comercios y que aún conservan en algunos para desgracia de nuestras retinas.
Estos plásticos impedían que la luz del sol estropeara los productos expuestos, especialmente si se habla de alimentos, como los pasteles de una dulcería. Pero también la ropa de una tienda o los productos electrónicos.
Lo malo es que además de tapar el sol, estos plásticos no dejaban ver el escaparate en sí mismo dándole un aspecto como de otro mundo. Todo estaba distorsionado, los colores de la ropa no tenían nada que ver con los reales y era imposible ver con claridad los detalles de muchos productos.
Prevenían el sol sí, pero también evitaban que el escaparate cumpliera su misión. Pero ahora esto es mucho más fácil. Los estores para proteger del sol son, para empezar, mucho más estéticos. Aunque puedan dar un cierto tono dorado o negro al escaparate permiten ver con claridad lo que hay dentro.
Sobre todo no dan una imagen poco cuidada del mismo, sino que se ven modernos, bien instalados y con un acabado de calidad. Incluso pueden instalarse con un sistema mecanizado que evite tener que entrar en el escaparate para subir o bajar el estor.
Esto se hace desde un mando a distancia e incluso se puede programar para que los días que no se abre el negocio, se baje el estor en las horas de sol para evitar que este tape el escaparate durante todo el día.
Los estores solares también se pueden instalar en casa, aunque en estos casos son diferentes ya que el objetivo es que el sol no entre pero sí la luz. Pero no queremos que nos puedan ver desde fuera, es más, incluso es mejor que no nos vean.
Por eso, en estos casos lo mejor es optar por estores como los que regulan la entrada de la luz al tener franjas de dos tonos que se pueden combinar. Unas son más oscuras y no dejan entrar la luz y las otras más claras y permiten que entre el sol. Al regular el estor se regula la cantidad de luz que entra.
Estos son perfectos para los amantes de las siestas o aquellas personas que duerman de día debido a sus horarios. También para la habitación del bebé.

Cáñamo textil, un material con muchos usos

El cáñamo textil es un material controvertido puesto que proviene de las variedades del cannabis, planta que también produce la marihuana. Pero la realidad es que el cáñamo textil es un material con diversos usos y cuyo futuro es muy halagüeño.
¿Unas persianas venecianas fabricadas con cáñamo? Las fibras textiles procedentes de este tipo de plantas pueden formar, por ejemplo, telas o cuerdas. Se dice incluso que el cáñamo es una de las fibras de origen vegetal más suaves y resistentes del mundo. De hecho, el ser humano ya aprendió desde antiguo a fabricar prendas de vestir con cáñamo.
Si nos vamos al mar, descubrimos que durante siglos el cáñamo fue un material clave en la fabricación de naves marítimas. Tras la madera, fue el material más presente en embarcaciones. Y es que las fibras del tejido de la corteza, que se sitúan alrededor del leñoso tallo de la planta de cannabis, ofrecen una excelente resistencia muy apreciada por ejemplo en la confección de las velas de los barcos.
Hay que recordar que durante muchos siglos, los barcos fueron el principal método de transporte y exploración. Se dice que sin el cáñamo, Colón no hubiese descubierto América… Tal vez sea un poco exagerado, ya que existen muchos alternativas textiles al cáñamo, pero es una frase que describe la importancia de este material en la historia de la humanidad.
Pero la historia del cáñamo cambia cuando el narcotráfico comienza a ser un problema muy grave en todo el planeta. La producción y venta de marihuana sigue estando prohibido en muchos países del mundo, lo que perjudica a la industria del cáñamo textil.
Ropa, telas para persianas venecianas, velas para barcos… El cáñamo podría convertirse en una industria de gran peso en todo el mundo. Según varios estudios, las telas resultantes de aplicar esta fibra, posen un 95% de resistencia a los rayos ultravioleta, cuando los demás materiales solo alcanzan como máximo un 35%. Además, absorbe la humedad y es un tejido más transpirable que el algodón, siendo más apto para la ropa de verano. ¿El futuro es del cáñamo?