¿Cuáles son las funciones de un asesor nutricional?

El auge en la demanda de nutricionistas y dietistas está demostrando un cambio de tendencia en los hábitos de consumo de la generación actual, cada vez más preocupada por la ingesta de alimentos más saludables y equilibrados.

 

El Servicio de nutricionista Ourense, Santander, Madrid y otros municipios tiene la misión de orientar a sus clientes acerca de los hábitos alimenticios más beneficiosos, siempre de acuerdo a su situación, dolencias y necesidades particulares. Con frecuencia, su público objetivo no se restringe a personas en singular, sino a grupos de trabajo, de deportistas, etcétera. Además de informar acerca de qué comer, cuándo y de qué forma, el trabajo de los asesores nutricionales comprende otras funciones, algunas de las cuales son desconocidas para el gran público.

 

Así sucede con su mediación en actividades de marketing relacionadas con productos dietéticos. Son muchas las empresas que recurren a estos profesionales para recibir asesoramiento en el desarrollo de suplementos y otros productos relacionados con adelgazar, alimentarse saludablemente, etcétera. Otros ámbitos en los que dietistas y nutricionistas actúan como mediadores es la seguridad alimentaria; por ejemplo, ayudando a confeccionar menús para residencias, centros de belleza, instituciones deportivas o empresas públicas y privadas.

 

Un asesor nutricional dedica la mayor parte de su tiempo a evaluar la rutina alimentaria de sus clientes, considerando su estado de salud, historial médico, preferencias nutricionales y otros factores. Como parte de sus funciones, estos profesionales recomiendan a sus clientes no sólo la dieta más adecuada a su situación, sino también los suplementos y complementos alimenticios que le ayudaría a corregir carencias de grasas, nutrientes u otros.

 

Además, los asesores nutricionales no son ‘máquinas’ que se limiten a expedir recetas o recomendar productos y suplementos. Parte de su día a día se concentra en escuchar y hablar con sus clientes, para así formarse un mejor ‘retrato’ de sus necesidades alimentarias

¿Puedo tomar queso si tengo intolerancia a la lactosa?

Esta pregunta es más habitual de lo que pensamos entre la gente que sufre intolerancia a la lactosa. Quizás nos parezca en principio totalmente improcedente, si sabemos cuáles son los lácteos y sus derivados, sabemos que el queso está entre ellos y que, por tanto, no debería de tomarse.
Pero la respuesta no es así de sencilla. No se trata tan solo de saber cuáles son los derivados lácteos, sino también qué cantidad de lactosa contiene cada uno de ellos. Y, todavía más importante, que grado de intolerancia se sufre.
Algunas personas, debido a un problema gástrico o por causas sin determinar, dejan de producir lactasa, una enzima presente en el intestino y que es la encargada de digerir la lactosa de la leche. Cuando no se produce lactasa o no se produce en cantidades suficientes, comienzan a aparecer síntomas como los gases, las diarreas o los cólicos.
Aunque estos son los que más se notan y los síntomas más habituales, también pueden aparecer otros igualmente molestos, como fatiga o malestar general. Incluso algunas personas llegan a sufrir de fiebre.
La intolerancia a la lactosa tiene diferentes grados dependiendo de la cantidad de lactasa que siga produciendo el intestino. Hay personas que solo con tomar un producto que pueda contener trazas de lactosa ya nota los síntomas. Incluso con un simple medicamento.
Pero otros pueden tomar chocolatinas o incluso pueden consumir sin miedo yogures. Esto es así porque la leche, al fermentar, lo hace consumiendo sus azúcares entre los que está incluida la lactosa. Por eso, los yogures son mejor tolerados por muchas personas con problemas para digerir la leche.
Con el queso pasa exactamente lo mismo. Cuanto más curado está un queso menos presencia de lactosa hay en él. Por eso el queso fresco es el que peor sienta a los intolerantes, pero quizás si pueden comer sin problemas un queso curado fuerte
Muchas personas no entienden que se trata de un problema de enzimas digestivas del intestino y consideran que los intolerantes son personas “delicadas del estómago” y por eso les cuesta comprender que una comida fuerte, como un queso añejo, sea más beneficiosa para ellos que un queso fresco, considerado suave y adecuado para personas delicadas.
Por suerte, cada vez se encuentran más productos derivados lácteos a los que se ha añadido lactasa de manera artificial. Son los denominados productos sin lactosa.

Como en casa, en ningún sitio

Dicen que como en casa no se come en ningún sitio. Claro, se refieren a la casa de los padres. Es verdad que cuando llevas mucho tiempo fuera de casa, apetece volver. Para ver a la familia… pero también para comer.
Fabada, pote, sidra, frixuelos, arroz con leche, arroz con bogavante, cachopo… Hay tantas recetas asturianas a las que apetece hincarles el diente una vez que estamos en casa. Asturias es una de las regiones españolas en donde se dice comer mejor. Muchos asturianos dicen que en su tierra se come mejor que en ninguna parte.
Como asturiano que soy, conozco bastante bien la alimentación de mi tierra. Y creo que lo mejor que tiene Asturias es su variedad. Aunque todo el mundo conoce algunos platos (fabada, cachopo, etc.) lo mejor de esta región es que puedes comer casi de todo y casi todo bueno.
Pero no es oro todo lo que reluce. Como asturiano también lo puedo decir. En Asturias también se puede comer mal, como en cualquier sitio del mundo. Una de los rasgos más habituales de la cocina asturiana son las raciones inmensas, inacabables, inabarcables. Cuando te sirven el primer plato en un restaurante asturiano uno se pregunta: “¿dónde voy a meter todo eso?” Y todavía queda el segundo y el postre.
También están los sitios excesivamente turísticos en los que dan gato por liebre. Pero esto también pasa en todas partes. Pero para qué nos vamos a engañar, como en Asturias no se come en ningún sitio… Mirar el menú de un restaurante y que te pongan fabada de primero, cachopo de segundo y frixuelos de postre, con una botella de sidra… Es un verdadero festín. Eso sí, al día siguiente a fruta y agua, porque no podrás volver a comer en bastantes horas…
Por eso en Asturias hay que tomarlo con calma. Las recetas asturianas pueden ser muy poderosas. Y qué decir de la sidra. Muchos turistas la beben sin control como si fuera agua. Y la sidra es una de las bebidas más ‘traicioneras’ del mundo… Pero un par de culines de vez en cuando, no hace mal a nadie…

Beneficios de la leche

– Es baja en calorías. Sobre todo si se consume semidesnatada o desnatada. La leche sacia mucho, aporta una gran cantidad de nutrientes y consumida con moderación no engorda. Es pues un elemento de cualquier dieta, ya que un vaso de leche entre horas ayuda a aguantar hasta la comida y es mucho más sana que cualquier snack.
– Actualmente, existen en el mercado marcas de leche que son 0 % materia grasa, por lo que pueden ser consumidas por aquellas personas que deben de controlar muy bien la cantidad de grasa que aportan a su dieta, debido a problemas de colesterol o similares.
– Consumida en la infancia y en la adolescencia ayuda a combatir la osteoporosis. Su gran aporte de calcio es muy importante durante las etapas de crecimiento en las que se están formando los huesos. Eso sí, una vez que somos adultos, no nos aporta nada en este sentido.
– Favorece la regeneración de los tejidos. Por eso se recomienda su consumo durante el embarazo, tras una operación o si se han producido quemaduras de gravedad en el cuerpo. También es una ayuda en el caso de fracturas porque al regenerar los tejidos hace que el hueso suelde antes.
– Ayuda al intestino. Siempre que no se sea intolerante a la lactosa o a la caseína, la leche aporta probióticos y ayuda a que la flora intestinal esté mucho más sana. También contribuye a luchar contra las bacterias dañinas que pueden atacar a los intestinos.
– Neutraliza la acidez de estómago. Al ser un alimento alcalino evita la incómoda sensación de acidez y ayuda a evitar las irritaciones en el tubo digestivo. En caso de gastritis se recomienda tomar leche 0 % o leche desnatada.
– Contribuye a la eliminación del exceso de ácido úrico. Ayuda a la eliminación del ácido úrico mediante la orina evitando sus molestas consecuencias y, en caso de subidas ocasionales, el tomar medicamentos para controlarlo.
– Contiene vitaminas del grupo B, C y E y además hierro, calcio y es fuente de proteínas. De todos modos sus valores en hierro no son altos y en caso de problemas de sensibilidad a la leche, puede causar anemia.
– Algunos estudios afirman que ayuda a prevenir el cáncer de mama en un 60 %. No obstante no se recomienda en caso de linfomas o cáncer en los ovarios o la próstata.