Conocí a Leonardo en un concierto de música medieval. No es una afición muy corriente y nos hicimos amigos. De hecho, él toca el laúd, y lo hace bastante bien. Intentó enseñarme, pero lo mío no es tocar música, sino escucharla.
Nuestras curiosas aficiones nos desbordaban y pensamos en cómo podíamos hacer para darles mejor salida. Entonces me habló de un local que había en su barrio que había sido abandonado. Conocía a los propietarios que por aquel momento no estaban interesados en venderlo. Le dijeron a Leo que si quería que podía hacerse cargo de él con la condición de adecentarlo y mantenerlo vivo: de los gastos corrientes se encargarían los propietarios mientras dejaban pasar el tiempo hasta encontrar un buen comprador.
Así fue como Leo y yo echamos a rodar la asociación Búho Rosa, en honor a un muñeco que encontramos un día en la calle. En un principio, nuestra idea era organizar eventos culturales para dar un poco de vida al barrio. Y así lo hicimos en un principio. Pero al poco de arrancar, la madre de Leo enfermó. Le diagnosticaron cáncer y toda la familia se volcó con ella. Decidimos que debíamos hacer algo para apoyarla y fue así como la asociación cambió de enfoque.
Entramos en contacto con varias instituciones y organizamos eventos solidarios fundacion cancer Madrid atrayendo a numerosas personas interesados en el tema, tanto enfermos como profesionales cuidadores y familiares. Los primeros eventos fueron todo un éxito, y hasta decidimos cambiar el nombre de la asociación: Búho Rosa Contra el Cáncer. Hasta un amigo dibujante nos creó un cómic especial que distribuimos en un evento dedicado a los más pequeños que padecen esta terrible enfermedad.
Todas nuestras actividades sorprendieron a los propietarios del local que decidieron paralizar la venta del local y regularizar la situación con nosotros y la asociación con la condición de que el local estuviese enfocado a eventos solidarios fundacion cancer Madrid como habíamos hecho desde que la madre de Leo cayó enferma. Desde entonces, la asociación se ha convertido en nuestro trabajo y nuestra razón de ser.