Elegir el vestido de ceremonia: ¿qué factores deben considerarse?

Las galas, bodas y otros eventos sociales exigen un vestido para la ocasión, y acertar en su elección es sin duda un desafío. La época del año figura entre los principales condicionantes. Las telas y colores que triunfan en verano, no tienen por qué hacerlo en el resto de estaciones. Por consiguiente, antes de comprar vestidos ceremonia niñas o adultas, es importante prestar atención a la temporada, por razones estéticas y de confort. Por ejemplo, el lino y otros tejidos frescos disminuyen la sensación de calor en los meses de primavera.

La etiqueta es otro factor a considerar. Determinadas celebraciones exigen de sus invitados una mayor formalidad y elegancia; otros son más flexibles en el código de vestimenta. Por tanto, conocer las distintas (etiquetas white tie, black tie, etcétera) es indispensable. Con independencia del protocolo, se recomienda prestar atención al posible veto de ciertos colores, como sucede con el blanco en ceremonias nupciales.

A propósito del color, este no debe escogerse siempre en función del gusto personal. La preferencia por el naranja o el amarillo, por ejemplo, pueden ser acertados en ceremonias y fiestas diurnas y de etiqueta relajada, pero serán error en eventos más formales o que se desarrollen de noche.

El tono capilar y de la piel introducen otro criterio para seleccionar la paleta de colores del vestuario. Por ejemplo, las personas de pieles cálidas descubrirán que los trajes de colores terrosos realzan su imagen; en cambio, las de pieles más oscuras pueden escoger tonos complementarios como el verde oliva o apostar por un mayor contraste con el rojo o el naranja.

Más allá de la etiqueta, la temporada o el tono de la piel, se aconseja observar el propio confort. Por bello y apropiado que sea un vestido, si no garantiza una comodidad mínima, estará abocado a convertirse en un mal recuerdo.