La importancia de los accesorios en la industria textil

El sector textil es quizás uno de los sectores industriales donde las empresas están poniendo un mayor esfuerzo en innovar y llevar nuevos productos al mercado. La velocidad con la que evolucionan la moda y las tendencias y los gustos cambiantes de los consumidores requieren una reinvención constante para adaptarse a las nuevas demandas del mercado.

 

Si bien el diseño de ropa y calzado juega un papel fundamental y es un elemento clave en la atracción del consumidor, lo cierto es que existe un segmento de mercado cada vez más importante que está prestando especial atención a los complementos de la confección. Los complementos son aquellos que en muchos casos consiguen enamorarse de alguien que duda en comprar una prenda o un calzado o no, y tomar la decisión acertada debe ser una prioridad en el sector textil.

 

Un claro ejemplo de artículos y complementos de gran importancia son los cordones y cintas que un distribuidor de Cinta elástica personalizada puede suministrar para incorporar en ropa y calzado, aumentando su calidad y valor. Un fabricante de cintas personalizadas puede ser lo que se necesita para pasar de la trivialidad a un éxito de ventas de un producto textil o un par de zapatos.

 

Pero ¿por qué los complementos son tan importantes en el sector textil?

 

Son muchos los argumentos que nos recuerdan la importancia de los complementos en el sector textil para impulsar las ventas y hacer que los productos sean más atractivos para los clientes. Algunas de las más interesantes son las siguientes:

 

Te permiten personalizar la ropa

 

En una industria donde la mayor parte de la producción se realiza en cadena y según patrones simples, el uso de accesorios permite a los consumidores personalizar las prendas y darles un toque distintivo. Por ejemplo, en el mundo del calzado, tener diferentes modelos de cordones para un mismo par de zapatos es muy interesante ya que puede despertar el interés de los consumidores por poder elegir y personalizar el color de los cordones de su par de zapatos.

LOS AMIGOS DEL COLEGIO

Cuando iba al colegio tenía una clase bastante grande, éramos si no recuerdo mal treinta y dos alumnos en mi clase y como todos teníamos que ir vestidos de uniforme no había diferencias entre unos y otros pero había una niña que siempre llevaba unos lazos de colores que llamaban bastante la atención. Todos los días parecía que los lazos eran nuevos, y así era en realidad, con el paso de los años supimos que su padre era distribuidor de Cinta para el pelo. Una vez que supimos en qué trabajaba su padre ya no nos extrañó más ver los lazos nuevos todos los días.

En el colegio conocí a los que hoy en día siguen siendo mis mejores amigos, al parecer no es normal tener a los cuarenta los mismos amigos que tenía cuando tenías cinco años, pero en mi caso eso es lo normal. No entiendo cómo la gente puede dejar de ser amigo de los primeros amigos que hicieron en la vida, sobre todo si se sigue viviendo en la misma ciudad en la que creciste y fuiste al colegio. Personalmente el trato que tengo con mis compañeros del colegio es de hermandad y por lo que parece así va a ser hasta el día en que nos muramos, en ese aspecto creo que en el colegio al que fuimos hicieron muy buen trabajo en ese aspecto. Porque fomentaban que todos nos llevásemos bien a pesar de nuestras diferencias y visto lo visto lo lograron adecuadamente. También considero que estar diez años juntos nos ha ayudado a que nos acostumbremos los unos a los otros. Aún así en mi clase también había grupos, había el grupo de los deportistas, el grupo de los que no querían jugar en los recreos y subían a la biblioteca ( acabé yendo y era un despiporre, me lo pasaba mejor en la biblioteca que en el patio) y las chicas por su lado.

Pero al final todos nos llevábamos muy bien y había pocos problemas de convivencia aunque alguno sí que hubo, pero fueron cosas de niños que se arreglaron bastante rápido.

UN TOQUE DIFERENTE

Mucha gente cree que el calzado que lleva siempre es genial, pero lo que no saben es que si de vez en cuando les cambian los cordones que vienen por unos cordones colores, el calzado tiene una personalidad completamente diferente, y no solo eso sino que se convierten en otro calzado diferente al que habíais comprado.

Yo siempre que tengo la oportunidad lo hago, más que nada para tener unas zapatillas deportivas únicas. Eso es la verdad, si te compras unas zapatillas deportivas que se producen y se venden en masa seguro que te gustaría que tus zapatillas deportivas tengan un toque de distinción.

 

Hace años, cuando era joven y salía la noche de fin de año con mi smoking heredado nunca me ponía zapatos, siempre me ponía unas botas militares con unos cordones escoceses que a decir la verdad no recuerdo ni donde los había comprado. Elegía ponerme las botas militares porque las consideraba mucho más cómodas que los zapatos y he de decir que muy poca gente se daba cuenta de que no llevaba zapatos, y aparte de eso sí llovía iba siempre con los pies secos y calientes que es algo muy importante a la hora de salir por la noche.

La última vez que me compré unos cordones de colores fue cuando me iba a comprar unas zapatillas deportivas y de repente los vi, eran unos cordones verdes fosforescentes que me venían estupendamente para mis patines y para mi sorpresa cuando llegué a pagar la cajera me dijo que los cordones me salían gratis. No os podéis imaginar mi alegría cuando me dijeron eso y cuando se los puse a mis patines le quedaban estupendamente, parecían otros.

 

Os animo a todos a que hagáis la pruebo de colocarle unos cordones diferentes a vuestro calzado de los que traen de fábrica, estoy seguro de que os gustará el cambio y los que os rodean os dirán algo bonito al respecto. Pero eso sí, hay que escoger unos cordones de colores que le vayan bien a ese calzado, no todos los cordones de colores quedan bien con todos los colores.

Un trabajo de segunda mano

Todos los días me planteo sacar partido a la cantidad de ropa y otros enseres que tengo sin usar por casa o por los trasteros. Esta moda de la segunda mano parece diseñada para gente como yo, con un pie en el Síndrome de Diógenes. Me cuesta mucho tirar las cosas que no uso, porque siempre pienso que algún momento la luz se volverá a encender y esa camiseta tan fea de hace 20 años volverá a ser el no va a más. Pero por falta de tiempo (o ganas) siempre  termino olvidándome de mi objetivo de hacerme rico vendiendo cosas de segunda mano…

Tengo algunos amigos, sin embargo, que han llevado lo de la segunda mano al extremo y obtienen unos ingresos nada desdeñables con sus ventas a través de las aplicaciones más famosas. Una amiga, concretamente, está pensando en convertir esta afición en algo más. Siempre le ha gustado la moda, especialmente lo vintage, y aunque no tiene estudios directamente relacionados con la moda se ha convertido en una verdadera autodidacta.

Al principio empezó vendiendo ropa propia que ya no usaba. A veces, la modificaba un poco o la arreglaba: cordon de algodón por aquí, unas cintas de fantasía por allá… Transformaba sus prendas viejas en algo nuevo con un par de detalles simples. Poco a poco, empezó a comprobar que cada vez tenía más seguidores en sus cuentas que esperaban con interés la próxima prenda a la venta.

Una vez quedó con una chica que estaba interesada en comprarle un vestido y entonces lo entendió. Aquella chica le comentó que lo que vendía no se podía encontrar en ningún sitio, que aunque tomaba como base prendas de otras tiendas ella le daba un toque único con su cordon de algodón o con sus botones añadidos.

Así es que como empezó a dar forma a la idea de convertir su afición por la segunda mano en una forma de ganarse la vida. Ahora está empezando a diseñar una web en la que venderá directamente sus creaciones, sin pasar por el filtro de las apps de segunda mano.