Un nuevo trabajo 

Siempre me ha gustado conducir y cuando tuve la oportunidad de tener un trabajo que me permitiese estar al volante no lo dudé. Pero la vida del transportista puede ser dura y no todo el mundo está capacitado para ello, sobre todo cuando tienes que recorrer grandes distancias. En mis primeros años lo veía como un reto: cuanto más lejos mejor y recorrí miles de kilómetros por carreteras de muchos países de Europa.

Pero pasado un tiempo empecé a darme cuenta que no podía seguir a ese ritmo mucho tiempo más y que debía intentar buscar algo que me supusiera menos movimiento y dormir en casa cada noche, si pudiera ser. Fue así como acepté el trabajo como distribuidor de alimentos congelados para una empresa especializada. Era una empresa que conocía de algunos compañeros y me habían hablado muy bien de ella, así que no tuve dudas.

Además, en algunos de mis trabajos anteriores ya había trabajado transportando alimentos frescos o congelados así que no era para mí mucha novedad ser distribuidor de brocoli congelado. Por supuesto, una de las cosas buenas de este trabajo era que me iba a permitir conseguir lo que buscaba: trabajar con un circuito de reparto más cercano que me permitiese dormir en casa cada día y no estar tanto tiempo fuera. Pero, además, me gustaba por el contacto con los clientes.

Uno de los aspectos más positivos de este tipo de trabajo es el contacto con la gente. Cuando tienes una ruta de reparto por la ciudad, acabas haciendo amistad con la mayoría de los clientes creándose una afinidad muy agradable. Por supuesto, hay que cumplir unos plazos estrictos de entrega y ser muy cuidadoso ya que se trata de alimentos: cuando eres distribuidor de brócoli congelado entre otros alimentos, la prioridad es la rapidez y eficiencia del servicio. 

En este sentido, los clientes son también muy exigentes ya que el éxito de sus negocios depende ante todo de la calidad de las materias primas, pero por eso también se crea una relación muy estrecha con ellos, algo que a mí me resulta muy satisfactorio.

¿Por qué no se nota al instante una liposucción?

Una de las preguntas más frecuentes cuando alguien va a hacerse una liposucción, una vez resueltas las dudas médicas es, ¿cuándo se van a notar los efectos? Muchos creen que nada más salir de quirófano ya podrán ver cómo es su nuevo cuerpo, pero esto no es así. Los resultados liposucción definitivos se notan al cabo de unos seis meses.

Es cierto que nada más acabar la operación, el paciente ya va a notar un cambio, pero este no será el definitivo hasta que no transcurra más tiempo. ¿Por qué es así? Pues porque el cuerpo necesita tiempo para asentarse tras la intervención.

En una liposucción se introducen unos tubos huecos, cánulas, que aspiran las células adiposas en las zonas que se van a tratar.  Estas células son las que contienen la grasa. Pero, al extraer de forma abrupta este tejido, queda un hueco que hace que la piel pueda verse floja. Esto puede causar una imagen de cierta flacidez o incluso puede no notarse tanto como debería la pérdida de la grasa.

Este es uno de los motivos por el cual la liposucción no es una solución para quitarse la grasa en general, sino solo en puntos concretos. El cuerpo no se recupera tan rápido y dejar demasiado “hueco” puede tener repercusiones para la salud.

Parte del tejido adiposo no se absorbe durante la intervención, pero puede eliminarse a lo largo de las siguiente semanas. Por eso es muy recomendable realizarse masajes drenantes que favorezcan esta eliminación. Esto hará que poco a poco, los resultados de la intervención sean todavía mejores y más visibles.

El uso de vendas compresoras y de productos que favorezcan que la piel se tense también ayudan a una recuperación mucho más rápida. Pero todo debe de normalizarse en el cuerpo y la piel debe de volver a tensarse y a ocupar su lugar, marcando la nueva forma de la persona.

Aunque los expertos hablan de seis meses más o menos para que se note el efecto definitivo de la liposucción, lo cierto es que todo va a depender de cómo la persona se cuide, de los tratamientos que se aplique a mayores y también del tipo de piel de cada uno, ya que hay pieles que recuperan más rápido que otras. La edad también es un factor a tener en cuenta, ya que con el paso del tiempo se pierde colágeno y por tanto también elasticidad de la piel.