¿Hacerme un seguro privado?

El otro día me di cuenta de que todo el mundo a mi alrededor tenía seguro médico privado. Por una razón u otra, la mayoría de la gente que conozco disfruta de este servicio y no suelen pisar la sanidad pública, a no ser que se trate de buscar una segunda opinión. Así hizo mi suegro, por ejemplo, después de que en la clínica privada le aseguraran que lo del tumor de recto era un temor infundado. Aun así, se fue a hacer pruebas a la sanidad pública que también dieron negativo.

Este hecho me dio que pensar. Yo ya no soy un chaval, como quien dice. Tengo una edad y cada vez tengo más achaques. En estos momentos, por ejemplo, me duele horrores la espalda. Y a mí nunca me había dolido la espalda. Cuando fui al médico (de la sanidad pública, por supuesto) me dijo que tarde o temprano a todo el mundo le termina doliendo alguna vez la espalda.

Cuando pienso en contratar un seguro privado, también valoro la cuestión económica: es un gasto importante, ¿pero merece la pena? El asunto del miedo a padecer tumor de recto de mi suegro me dio que pensar y lo comparé con el problema que tuve yo con una hernia. Está claro que una cosa es una hernia y otra un cáncer y todavía no sé cómo me tratarían en la sanidad pública si tuviese algún problema muy grave, pero con la hernia yo tuve que dar vueltas y más vueltas durante un montón de meses.

Para hacerme la primera ecografía tardé un mes, pero es que para que un especialista valorara la prueba tuve que esperar otros dos meses. Cualquier usuario de la sanidad pública sabe que cuando se trata de ver a un especialista la cosa se pone un poco surrealista, con esperas que pueden llegar a varios meses.

Todo esto no pasa con un seguro privado, donde tienes un diagnóstico a los pocos días, por lo general. Me estoy haciendo viejo y no sé si puedo esperar cinco meses para ver al otorrinolaringólogo o para hacerme una resonancia magnética.

La mejor cuenta sin nómina

No todo el mundo tiene una nómina para domiciliar, lo que no quiere decir que no se tengan ingresos. Pequeños trabajos que se realizan con contratos de corta duración aunque de manera habitual son un ejemplo de personas que tienen ingresos mensuales pero que no pueden justificar una nómina domiciliada. También es el caso de muchos freelance o de personas que trabajan durante unos meses al año y cuyos ingresos les permiten vivir sin necesidad de una nómina mensual.

Estas personas suelen tener un dinero en su cuenta que no baja de cierto saldo, pero no tienen ingresos fijos por lo que no pueden beneficiarse de las cuentas nómina convencionales. Sin embargo, productos como la cuenta inteligente evo sin nomina están precisamente pensados para este tipo de clientes tan especiales. Sin necesidad de tener una nómina, estos clientes pueden tener ventajas como las de tener tarjetas gratis que hasta ahora estaban reservadas solamente para trabajadores asalariados convencionales, cumpliendo una serie de condiciones, eso sí.

Para disfrutar de estas condiciones se deben de reunir una serie de condiciones que el banco valora en forma de puntos. Consiguiendo tan solo diez, se puede disfrutar de las mismas y es tan fácil lograrlo que por solo domiciliar el recibo de Internet ya se reciben dos puntos y medio y otros dos puntos y medio por el del gimnasio, por ejemplo. Un plan de pensiones son cinco puntos, lo mismo que por contratar un seguro de hogar. Y por tener ingresos mensuales de un mínimo de 600 euros, sean de una nómina ocasional sean de un recibo como freelance, ya se conseguirían los diez puntos completos. Un préstamo con Evo también suponen los diez puntos al completo lo mismo que sucede con una tarjeta de crédito revolving.

Como se puede ver, sumar puntos es muy fácil y llegar al mínimo para que la cuenta y las tarjetas sean gratis no es complicado incluso para aquellos que tienen los ingresos más irregulares y más difíciles de medir mensualmente. Esta gran flexibilidad permite que todo el mundo pueda beneficiarse de las ventajas antes solo al alcance de las personas con nómina y que ahora pueden disfrutar todos. Además, la cuenta inteligente favorece el ahorro al tener conectadas dos cuentas realmente, la corriente y una de ahorro en la que se puede guardar el dinero que no se va a utilizar y conseguir intereses por el mismo.