Acné: malas prácticas en el cuidado personal que deben evitarse

Se estima que 8 de cada 10 españoles ha sufrido acné en algún momento de su vida. Esta enfermedad cutánea, caracterizada por la aparición de granos o espinillas antiestéticas, puede combatirse con ayuda de diversos tratamientos acne de eficacia demostrada, como los medicamentos tópicos (retinoides, ácido salicílico, dapsona) y orales (antibióticos, isotretinoína), sin olvidar procedimientos como la fototerapia o las exfoliaciones químicas.

 

Sin embargo, y como reza una expresión popular, prevenir es mejor que curar. De ahí que los especialistas en dermatología recomienda evitar las malas prácticas en el cuidado y limpieza de la piel. Por ejemplo, frotarse con demasiada intensidad, de forma que se deteriore la epidermis. Además, determinados productos y máscaras de cualidades astringentes pueden ser ‘enemigos’ de la salud cutánea.

 

Ciertos hábitos adquiridos contribuyen a la aparición de granos en la piel, como la costumbre de tocarse la cara. Esta acción —que cada persona realiza una media de 500 veces al día— facilita la transmisión de patógenos y de suciedad de las manos al rostro, con todos los problemas y perjuicios que ello supone.

 

Frente a los malos hábitos, debe subrayarse la importancia de mantener una rutina de higiene cutánea, como lavarse la cara 2 ó 3 veces al día para evitar la acumulación de sudor y suciedad en los folículos pilosos.

 

Igual de desaconsejable es automedicarse para mitigar los granos o —peor si cabe— explotarlos de forma manual. Esta práctica tan común puede generar infecciones de gravedad, además de la inutilidad de ciertos «remedios milagrosos» que las redes sociales y los foros de Internet popularizan a diario.

 

Tan perjudicial como mostrarse negligente en la higiene cutánea es, por el contrario, excederse en su rutina de limpieza, sometiendo la epidermis a un ‘bombardeo’ inclemente de cremas y geles aceitosas que, en muchos casos, son contraproducentes. Especial cuidado debe tenerse con los humectantes, las bases de maquillaje y los protectores solares, ya que su abuso puede taponar los folículos pilosos.

¿Cómo elegir tu mesa de exterior?

Para elegir tu mesa de exterior debes de tener en cuenta diferentes factores. Para empezar, el tamaño de la mesa. ¿Quieres una mesa para toda la familia? ¿Para familia y amigos? ¿Una mesa solo para dos? Si el espacio del que dispones no es demasiado amplio puedes elegir una mesa extensible que sea ideal para dos o cuatro personas pero que abierta pueda acoger a las vistas.

También es importante elegir el material. Escoge a un Fabricante de mesas para exterior que te ofrezca productos de calidad. Es importante que la mesa aguante bien la intemperie y lo mejor es que no necesite mantenimiento de ningún tipo. Las mesas de materiales plásticos o de rafia artificial son ideales porque solo necesitan lavarse. Pero tienen que ser de muy buena calidad para que no cambien de color y acaben con un aspecto totalmente antiestético.

La forma también es importante, puedes elegir una mesa redonda, cuadrada, ovalada… Las ovaladas se adaptan mejor al número de comensales, pero en definitiva, todo va a depender de tus gustos personales. Escoge la que te resulte más atractiva y quede mejor en el espacio al que va a estar destinada.

Si la mesa va a estar colocada de manera permanente, tiene que ser bonita, con un diseño atractivo y que haga ganar puntos al jardín o a la terraza. Y debe de tener sillas a juego, al menos las que van a estar colocadas habitualmente. Las sillas que solo se usan cuando haya invitados pueden ser diferentes, por ejemplo, plegables, para poder guardarlas sin que ocupen mucho espacio cuando no son necesarias.

El color también es importante y puede hacer que la mesa destaque especialmente o que se integre en el pasaje según lo que cada persona quiera conseguir. Si el espacio es pequeño, una buena opción son las mesas que cuentan con un agujero en el centro en el que colocar una gran sombrilla.

Hay quienes fijan las mesas en el suelo con diferentes sistemas de anclaje para evitar que con el viento puedan caerse y dañarse. Esto puede hacer que sean más seguras, pero también limita el poder variar su colocación si se quiere variar la decoración del espacio o si hay que acomodar a más personas. Es preferible escoger una mesa que sea un poco pesada y que no se mueva con facilidad y no fijarla y hacer que el espacio pierda versatilidad.