¿Es posible comprar bombillas LED baratas?

Las bombillas LED son el futuro. Nadie tiene ya dudas respecto a esto. No solo tienen un consumo muy inferior al de las llamadas hasta ahora bombillas de bajo consumo sino que su vida es muy larga y no va a depender del número de veces que encendamos o apaguemos el interruptor.

Pero cuando hay muchas bombillas en un hogar cambiar de golpe todas ellas por LED puede ser bastante caro y por eso muchas familias optan por ir realizando los cambios gradualmente, según se van fundiendo las viejas lámparas. Esto puede parecer una buena idea, pero la verdad es que no lo es tanto ya que a medio plazo se ahorra dinero realizando el cambio de una sola vez y, además, se evita la convivencia de dos tipos de bombillas con intensidades de luz diferentes.

Una forma de ahorrar en el cambio es al comprar online bombillas baratas. Estas no tienen por qué ser de mala calidad, pero al venderlas a través de Internet se ahorran muchos gastos e incluso intermediarios, por lo que los costes son más reducidos y el importe final se puede ajustar mucho más. Incluso hay tiendas que realizan algunas ofertas al comprar varias bombillas a un tiempo reduciendo, por ejemplo, los gastos de envío.

Además, se pueden escoger con calma las intensidades de luz que se necesitan, consultar las equivalencias y optar entre luz cálida, fría o neutra sin presiones,con todo el tiempo del mundo y pudiendo realizar las comprobaciones que hagan falta antes de certificar el pedido. Las diferentes equivalencias entre la intensidad de estas bombillas y las clásicas hacen que muchas personas tengan dudas cuando las van a comprar en un comercio físico y acaben adquiriendo las que no eran por error al establecer las comparaciones, aunque suelen venir en la caja indicadas.

Estas bombillas LED son especialmente ventajosas cuando hablamos de lámparas de difícil acceso, como por ejemplo apliques situados en el exterior de una casa o farolas para jardín. En estos casos, cuando se funde una bombilla, suele ser necesario subirse a una escalera, a menudo alta, para llegar y poder realizar el cambio. Dado que las bombillas LED tienen una duración muy larga, estos cambios van a ser mucho menos frecuentes y te olvidarás de las lámparas durante muchos meses ya que pueden durar hasta 50.000 horas, lo que se traduce en casi seis años alumbrando sin parar.

Yogures y polvorones

Ha llegado un momento en que no soporto más a toda esa gente que se pasa la vida criticándolo todo, buscando tres pies al gato, y dando cancha a cualquier teoría de la conspiración que se les cruce por delante: son gente que viven a la defensiva esperando cualquier indicio para afirmar “esto ya lo decía yo”. Son unos cenizos, eso es lo que son.

En la última cena de Nochebuena me topé con uno de los mayores cenizos que he conocido nunca: el hermano de mi novio. Así es, mi cuñado cumple a la perfección con su denominación: todo lo sabe, sobre todo tiene opinión, y nunca coincide con la de la mayoría, por supuesto. Lo último fue atacar mi alimentación llegando a decir que eso de las intolerancias es “mentira”, que es todo una “estrategia publicitaria”.

En un momento de la cena (el condenado me tocó en frente y no había manera de rehuírlo) me habló de mis costumbres alimenticias, como él lo llama. Sabe que yo soy vegana, que tengo algunas intolerancias y que trato de cuidarme siempre que puedo. Como no comí nada de carne en la cena, le pareció algo insólito y decidió atacarme. Le tuve que explicar que es bifidus mientras él ponía cara irónica esperando su momento para sacar la artillería pesada.

Tengo que admitir que el chaval se lo trabaja, debe tener mucho tiempo libre, porque siempre tiene opinión y puede que, incluso, algunas de las cosas que dice sean ciertas, pero su objetivo final era tratar de ridiculizarme delante de todos. Mi novio, el pobre, se lo toma a broma: dice que lo mejor es dejarle, que es una vez o dos veces al año y que no hace daño a nadie…

Y es que cuando llegó el postre yo me negué a probar las “delicias” propias de la Navidad. Mi suegra conoce y respeta mis costumbres: a ella no le tengo que explicar que es bifidus. Me puso un yogur de los que yo suelo tomar, independientemente de que sea fiesta o no, pero mi cuñado no podía parar de reír… casi se ahoga con su polvorón.