La gestación es un periodo trascendental para cualquier mujer. En las primerizas se suma la inexperiencia como factor de dificultad y estrés añadido. Para suplir esta falta y proporcionar al futuro hijo los cuidados requeridos, la contratación de un seguro de salud para bebés es una decisión inteligente.
Generalmente, este tipo de pólizas contemplan servicios como el asesoramiento sobre ejercicios físicos de preparación y recuperación para el embarazo. Sus coberturas se adaptan asimismo a las necesidades futuras del bebé, permitiendo la libre elección del profesional médico.
La previsión también es clave para sobrellevar la experiencia del embarazo, del parto y de la crianza de los hijos. Por ejemplo, aprovisionarse con los productos de higiene del bebé (geles, toallitas, pañales, etcétera) no sólo disminuirá el estrés en los meses posteriores al parto, sino que tendrá un efecto distractor en la madre.
El seguimiento de una dieta apta para el embarazo y postparto también es aconsejable. La alimentación debe ser sana y equilibrada y enriquecerse con los suplementos de ácido fólico, yodo, vitamina D, calcio y otros aportes necesarios durante la gestación, así como durante el proceso de recuperación posterior al parto.
Las ropas de bebé tampoco deberían comprarse en el último momento. Estas prendas suelen fabricarse en algodón y consistir en pijamas y piezas de abrigo. Por su parte, la futura mamá encontrará en el departamento de puericultura una sección con leggings, petos y otros productos textiles para premamá.
En la canastilla prenatal se incluirán asimismo la bañera, el cambiador y otros accesorios útiles para la higiene del recién nacido. De todas estas compras, la más relevante quizá sea la cuna, pues se utilizará durante los primeros años de vida del progenitor.
Como es natural, se recomienda que la madre primeriza respete los ciclos de sueño y establezca ciertas rutinas antes y después del embarazo.