Una producción alimentaria sostenible

Cuando yo empecé a trabajar con pequeñas empresas productoras y distribuidoras todavía existía un gran desconocimiento acerca de lo que significaba a efectos prácticos un producto ecológico. Fue a partir de la puesta en marcha de una etiquetación oficial por parte de la Unión Europea cuando supimos bien a qué atenernos.

¿Y cuáles son los requisitos que debe cumplir un producto para poder portar esa certificación ecológica? En los últimos tiempos he estado trabajando con una firma de lácteos y derivados. Actualmente, la leche ecológica es un alimento que no abunda tanto como otros y es difícil encontrar, por ejemplo, Leche semidesnatada sin lactosa Ecológica certificada en un supermercado.

Y es difícil porque cumplir con las exigencias de la normativa pone a los productos ante una serie de retos. Por supuesto, no se puede usar organismos modificados genéticamente, refiriéndose en este caso al pienso transgénico esencialmente. Tampoco se pueden usar sustancias químicas o pesticidas en los cultivos que alimentan a los animales. Así mismo, existe la obligación de aprovechar los recursos naturales de la zona de forma que se genere una estructura económica local en torno a la producción.

Todo ello para conseguir que llegue al supermercado Leche semidesnatada sin lactosa Ecológica certificada. El problema para muchos productores comienza a la hora de poner en marcha su negocio. Si ya es difícil hacerlo en una situación normal, más cuando aspiras a que tus productos sean considerados ecológicos. Sin embargo, el beneficio a medio y largo plazo puede ser mayor, teniendo en cuenta que este tipo de alimentos están en un imparable crecimiento comercial gracias al cambio en las prácticas de los consumidores.

En mi trabajo, asesoro a emprendedores del sector que desean conseguir la certificación ecológica ofreciéndoles diversas alternativas para cumplir los diferentes requisitos. Aunque los arranques son difíciles, en este momento se está abriendo un gran mercado en el que cabe la mayoría de pequeños productores si hacen bien su trabajo. La credibilidad de una firma que cuenta con la certificación ecológica siempre será mayor que una firma sin ella, y eso el consumidor cada vez lo valora más.