Así es la tricología, la ciencia que estudia la salud capilar

El ser humano cuenta con más que un millón de folículos pilosos, un número asombroso que pone de relieve la importancia del cuidado capilar en todas las edades. La especialidad médica dedicada a su estudio y tratamiento es la tricología, cuyos profesionales son una especie de dermatologo pelo, capaces de diagnosticar, prevenir y curar una amplia gama de enfermedades relacionadas con el cabello: psoriasis, tiña, pediculosis, dermatitis seborreica, alopecia, etcétera.

 

En concreto, el tricólogo se encarga de analizar el estado de del cabello y de investigar el origen de las dolencias que eventualmente comprometan su bienestar presente y futuro; con frecuencia, la respuesta está en el metabolismo, la desnutrición, el estrés o los problemas emocionales.

 

Aunque pueda sorprender, la tricología es una ciencia de temprana creación, pues se remonta al siglo XIX. Los primeros estudios se desarrollaron en el Reino Unido, y en la actualidad existen distintos centros y asociaciones dedicadas al estudio tricológico, como la Europen Hair Research Society (EHRS) o la Asociación Española de Tricología. 

 

La tardía creación de la tricología contrasta con otras de desarrollo milenario, como la odontología. Ya en el Antiguo Egipto se realizaban empastes y otras operaciones odontológicas, mientras que en lo tocante al cuidado capilar, sufrió un severo atraso por los muchos prejuicios relacionados. Por ejemplo, las personas de la Edad Media percibía los folículos pilosos como ‘secreciones’ impuras del organismo

 

En la actualidad, los tratamientos y remedios de la tricología se dividen en tres grupos, a saber: (1) los medicamentos y fármacos; (2) las intervenciones avanzadas, como el uso de células madre, la bioestimulación, etcétera, y (3) el trasplante capilar.

 

En vista de lo anterior, parece claro que los expertos en tricología merecen igual estima que los fisioterapeutas, optometristas, podólogos y otros profesionales de las ciencias médicas, en la medida en que los problemas del cabello son en ocasiones un síntoma y no un efecto aislado de dolencias más severas.