LOS AMIGOS DEL COLEGIO

Cuando iba al colegio tenía una clase bastante grande, éramos si no recuerdo mal treinta y dos alumnos en mi clase y como todos teníamos que ir vestidos de uniforme no había diferencias entre unos y otros pero había una niña que siempre llevaba unos lazos de colores que llamaban bastante la atención. Todos los días parecía que los lazos eran nuevos, y así era en realidad, con el paso de los años supimos que su padre era distribuidor de Cinta para el pelo. Una vez que supimos en qué trabajaba su padre ya no nos extrañó más ver los lazos nuevos todos los días.

En el colegio conocí a los que hoy en día siguen siendo mis mejores amigos, al parecer no es normal tener a los cuarenta los mismos amigos que tenía cuando tenías cinco años, pero en mi caso eso es lo normal. No entiendo cómo la gente puede dejar de ser amigo de los primeros amigos que hicieron en la vida, sobre todo si se sigue viviendo en la misma ciudad en la que creciste y fuiste al colegio. Personalmente el trato que tengo con mis compañeros del colegio es de hermandad y por lo que parece así va a ser hasta el día en que nos muramos, en ese aspecto creo que en el colegio al que fuimos hicieron muy buen trabajo en ese aspecto. Porque fomentaban que todos nos llevásemos bien a pesar de nuestras diferencias y visto lo visto lo lograron adecuadamente. También considero que estar diez años juntos nos ha ayudado a que nos acostumbremos los unos a los otros. Aún así en mi clase también había grupos, había el grupo de los deportistas, el grupo de los que no querían jugar en los recreos y subían a la biblioteca ( acabé yendo y era un despiporre, me lo pasaba mejor en la biblioteca que en el patio) y las chicas por su lado.

Pero al final todos nos llevábamos muy bien y había pocos problemas de convivencia aunque alguno sí que hubo, pero fueron cosas de niños que se arreglaron bastante rápido.