Una ayuda para la casa 

A mi marido lo destinan tres meses a un proyecto en el extranjero y hemos tenido que pedir ayuda porque yo no voy a dar abasto sola con el trabajo y los niños. Mi madre nos va a echar una mano durante ese tiempo. Ella siempre se ofrece para ayudarnos, pero sé que también a veces quiere tiempo para ella porque no es la típica jubilada que no sabe qué hacer: al contrario, está todo el día de acá para allá. Pero dadas las circunstancias se han ofrecido para estar con nosotros y su ayuda será muy bienvenida.

Pero como es más inquieta que mi hijo pequeño, ya al poco de estar en casa ya ha empezado a sugerir cosas. Porque mientras los niños están en el cole es verdad que ella va a tener tiempo libre y lo quiere aprovechar y como es muy hábil con todo lo relacionado con la decoración y los trabajos manuales, me ha sugerido algunos cambios en casa.

De primeras siempre le digo que no porque no me gusta que me cambien mis cosas, pero la mayoría de las veces, tengo que admitirlo, tiene razón. Y mucha razón tiene con el tema de las cortinas. Mi madre es muy tiquismiquis con ese tema y me ha dicho que puede colocar cortinas con tablas. Me han enseñado algunas opciones y lo cierto es que pintan bien.

No lo voy a admitir, pero es verdad que ya llevaba tiempo queriendo cambiar las cortinas. Pero si no es una cosa es otra, siempre había algo más urgente en casa que requería nuestra atención. Y es que, con tres niños en casa, las cosas se gastan o se rompen siempre antes de lo esperado. Pero ahora con mi madre quizás sea el momento de hacerle caso y probar con esas cortinas con tablas.

A pesar de que a mí me gusta mucho la decoración, la verdad es que no he heredado su maña. Es un placer ver cómo trabaja, con rapidez y eficacia, aún con su edad. Y sé con toda seguridad que lo va dejar todo ideal. Cuando vuelva mi marido, la vamos a echar mucho de menos.