Mi hijo es intolerante a la lactosa

Si a tu hijo le acaban de diagnosticar una intolerancia a la lactosa, no te preocupes. Lo primero que tienes que entender es que una intolerancia es un problema sí, pero no tiene nada que ver con una alergia. Alguien alérgico que consume un producto que no debe puede llegar a tener reacciones muy fuertes, incluso puede fallecer. Pero un intolerante a la lactosa no corre ese riesgo.

Las consecuencias para un intolerante, cuando consume lactosa, pueden ir desde una simple diarrea hasta dolorosos cólicos dependiendo de la cantidad de lactosa y de su grado de intolerancia. Esto no quiere decir que no tenga ninguna importancia este problema, lo tiene. Si el intolerante consume con frecuencia lactosa, puede dañar severamente la flora intestinal y esto le impedirá disfrutar de los nutrientes de los alimentos además de causarle dolorosos trastornos.

Lo primero que debes tener claro es cuales son los lacteos y sus derivados y eliminarlos totalmente de su dieta, en caso de intolerancias muy graves, o suprimirlos por lácteos sin lactosa. Es el caso de la leche, yogur, mantequilla o nata, que puedes encontrar en sus variedades sin lactosa en todos los supermercados. Incluso los quesos, de los que puedes encontrar cada vez más variedades sin lactosa.

Pero este no es el único cuidado. Hay alimentos que llevan leche y que no sospechamos que pueda ser así. Es el caso de ciertos fiambres que llevan leche en polvo para tener una mejor textura. O productos precocinados con lactosa que la utilizan como conservante. Por eso hay que leer bien las etiquetas de todos los alimentos antes de darle nada a comer a un intolerante. Poco a poco, se irán descubriendo las marcas que no hacen daño al niño y será muy fácil hacer la compra rápidamente sabiendo de memoria qué puede y qué no puede comprarse.

Si el niño come fuera de casa o se va de excursión con el colegio, hay preparados de lactasa elaborados. La lactasa es la enzima que los intolerantes a la lactosa no producen, pero esta enzima se puede conseguir en un laboratorio. De esta manera, solo tendrán que tomar su dosis de lactasa antes de comer y estarán previniendo el ponerse malos si algo tiene leche o lactosa y no lo han sabido detectar.

Por todo esto, ser intolerante a la lactosa no supone, en absoluto, tener que privarse de los lácteos y de sus derivados.

¿Tarta de queso que no engorda? Te enseñamos a cocinarla

¿Crees que es imposible cocinar una tarta de queso con yogur de limon que sea ligera y de la que puedas comer tanta como quieras? Pues sigue leyendo, porque te vamos a dar la receta de la tarta de queso más espectacular y ligera que hayas comido nunca.

Para prepararla necesitas 600 gramos de queso de untar 0%. Es fundamental que sea sin grasa, ya que ahí está el truco para que la tarta sea tan ligera. Necesitas también dos yogures y medio de limón, 7 hojas de gelatina neutra, edulcorante y una pizca de sal.

Lo mejor de esta tarta es su ligereza, pero su preparación también te va a encantar porque es muy sencillita de hacer. Como ves, no tiene la tradicional base de galleta que tienen este tipo de tartas, pero si la echas de menos puedes hacerla con galletas dietéticas y un poco de leche desnatada. Trituras las galletas hasta hacerlas polvo, mezclas con la leche y creas la base prensando mucho sobre el molde que tiene que ser desmontable. Puedes ponerlo un rato en el horno para que coja más firmeza.

Pon la gelatina a hidratarse en agua durante un par de minutos. Recuerda que siempre se lleva a cabo este proceso en agua fría. Cuando esté blanda pásala a un cazo con muy poca agua y caliéntala hasta que se derrita por completo. Puedes ir revolviendo con una lengua de silicona para ayudar al proceso.

En un cuenco pon todo el queso y el yogur y añade la pizca de sal, revuelve y añade la gelatina. Bate con una batidora de varillas o a mano con varillas de postre hasta que la mezcla sea homogénea y esté muy aireada. Colócala en el molde sobre la base de galleta o en vasitos si has optado por no usar galleta, así tendrás tus raciones individuales de este rico postre y te resultará mucho más fácil servirla.

Y ya solo te queda preparar un poco de gelatina 0% del sabor que más te guste para colocar una capa por encima. La parte más complicada es meter la tarta en el frigorífico y esperar unas horas a que todo cuaje. Lo mejor es hacerla por la noche para que esté lista al día siguiente y así evitar la tentación de desmoldarla antes de tiempo y que se rompa todo.

Anuncios que producen grandes sensaciones

Seguro que más de una vez has visto un anuncio en la televisión y te ha causado una oleada de sensaciones. Por ejemplo, ver un anuncio central lechera asturiana y, de repente, sentir que estás saboreando un vaso de leche con un gusto intenso y auténtico como tanto te gusta. Y es que solo con ver el envase de este producto ya rememoras su sabor y los paisajes asturianos o el poder ver a las vacas pastando en plena naturaleza también ayudan a intensificarlo.

Los expertos en publicidad saben mucho sobre cómo producir este tipo de sensaciones en el espectador. Por un lado, tratando de despertar su nostalgia. Es el caso del anuncio de Central Lechera que hace que mucha gente se acuerde del pueblo de sus abuelos que solía visitar en su infancia. Por otro lado, mostrando a personas con las que podemos identificarnos, como los trabajadores de Central Lechera que salen en la publicidad. Y no es la única marca que usa a sus trabajadores como los mejores embajadores de sus productos.

Estos pequeños trucos funcionan muy bien con productos alimenticios. Pero cuando se venden otro tipo de artículos de lujo, como perfumes o coches, entonces lo que se estimula no son las sensaciones vividas, sino las que nos gustarían vivir. Entra en juego la imaginación y también la fantasía de la gente, lo que les gustaría ser en lugar de lo que son realmente.

Por eso, cuando se presenta un perfume de lujo suele estar anunciado por un modelo o por un actor o actriz. Personas con mucho glamour que se han convertido en referentes y en representantes de una vida perfecta, la que todos imaginamos como ideal. Jugando con estas sensaciones se nos vende un perfume con el que podremos sentirnos sensuales, glamourosos o atractivos, aunque solo sea en nuestra imaginación.

Las aguas de colonia, por el contrario, se anuncian mostrando agua de arroyos, hierba mojada o paisajes muy frescos y primaverales porque es la sensación que aspiramos a tener con este tipo de productos que nos ayudan a mantener esa sensación de recién duchados durante más horas.

O si se nos pretende vender un producto relacionado con el deporte, nos lo anunciará un deportista de élite o una persona con un aspecto físico estupendo y no alguien que, como posiblemente sea nuestro caso, vaya a comenzar a realizar deporte en este momento.

Y tú, ¿has sentido como juegan con tu imaginación y sensaciones en la publicidad?

Objetivo cumplido

¿No tenéis la sensación de que nos pasamos la vida tratando de controlar nuestros vicios? Bueno, tal vez algunas personas implacables tienen un grado de autocontrol tan elevado que son incapaces de ser doblegados por un vicio, pero el común de los mortales siempre tenemos que estar batallando con una cosa u otra. ¿Y cuántos batallamos diariamente con la comida?

A mí, que me vicia la comida, a veces doy dos pasos atrás y me doy cuenta de lo triste que es vivir en una sociedad tan opulenta en contraste con otras en las que nadie puede viciarse con la comida porque no hay dinero para comprarla. Y entonces me siento culpable porque me guste tanto comer y me cueste tanto controlarme. 

Pero también he de conocerme a mí mismo y no se puede negar la realidad. Por eso, cuando logro cumplir mis objetivos y alejarme de la mala alimentación me siento bien. Y la mejor forma de conseguirlo es con pequeños gestos que se van sumando. Por ejemplo, es mejor beber zumo natural que refrescos o mejor queso fresco desnatado que uno normal. Si te gusta mucho el pan, no se trata de quitarlo todo de golpe (obviamente esa es otra opción) pero lo realista es ir poco a poco quitándolo poco a poco. Cada día un poco menos hasta que no dependas de ello.

El premio de estos pequeños gestos, sumados, es enorme. Es subirse a la báscula un día y ver que se ha conseguido el objetivo. O comprobar que puedes salir a correr y subes el nivel, que ya no te cansas como al principio. Y luego está el tema de la ropa. Si te gusta mucho la moda y con un poco de esfuerzo vas notando que puedes llevar puesto lo que más te gusta y te sienta bien, la sensación es de triunfo.

La alimentación es un placer, pero también un vicio. Eso lo sabemos la mayoría. A los que nos encanta el queso, a menudo nos resulta difícil controlarnos. Por eso, mejor queso fresco desnatado para, al menos, disfrutar del sabor de un alimento tan rico sin perder la línea. Porque solo con la moderación podremos conseguir nuestros objetivos.

MÁS DEPORTE Y MENOS BOLLOS

Cuando paso cerca de un colegio veo a mi alrededor que los niños de hoy en día están bastante más rellenitos de lo que estaban los niños de mi colegio cuando nosotros íbamos al colegio. Supongo que será porque abusan demasiado de la bollería industrial para llevar de merienda al colegio. Cuando nosotros íbamos al colegio siempre nos llevábamos bocadillos normales hechos en casa y no esa bollería que llevan hoy en día. Entiendo que para los padres de hoy en día les es más sencillo mandar al niño al colegio con la bollería industrial que hacerles los bocadillos a sus hijos. No sé si hoy en día les enseñarán a los niños cuales son los grupos de alimentos, pero deberían de saber por sí mismos cuales son los productos que deberían de comer en cada comida del día. Personalmente yo seguiría prefiriendo los bocadillos de siempre que la bollería industrial, aunque lleve chocolate.

 

A los niños de hoy en día les haría mucha falta hacer un poco de deporte, ya que es una parte fundamental de la educación de los niños, más que nada por los valores que se aprenden del deporte. Jugar en el equipo de mi clase con mis compañeros de clase es uno de los mejores recuerdos que guardo de mi infancia y por lo que pude saber en mi colegio ya no hay equipos como los había antes. Por lo que me contó uno de los profesores de mi colegio no tienen niños suficientes para hacer los equipos porque cuando un niño sobresale un poco los padres prefieren mandarlos a equipos fuera del colegio. Esos padres no se dan cuenta de lo que les están privando a sus hijos, nunca te vas a divertir tanto practicando deportes como cuando lo haces con tus propios amigos. Y esa fue una de mis primeras lecciones que me dio el mundo del deporte. Porque aunque seguí practicando deportes durante muchos años nunca me divertí tanto como durante esos años de mi infancia. Ojalá los padres de los niños vean que están cometiendo un error con sus hijos y dejen que jueguen con sus amigos.

Tenderos bordes 

En mi calle existe una pequeña tienda de productos ecológicos y certificados que tanto a mi familia como a mí nos viene muy bien. Y es que todos tenemos alguna intolerancia o alergia o la hemos padecido. Mi hijo, por ejemplo, tuvo que tomar durante un tiempo leche hidrolizada porque presentaba alergia a la proteína de la leche. Y este tipo de leche la vendían en la tienda. Así mismo yo soy alérgico a la lactosa y suelo ir a comprar Leche desnatada certificada sin lactosa en la tienda.

Y entonces, ¿cuál es el problema? Que el de la tienda es un borde. Bien es cierto que yo no soy la persona más fácil y de trato más amigable del mundo, pero ese tipo es un borde, no sabe tratar a los clientes… o al menos a mí. Hay veces en la vida que alguien no te entra por el ojo y le declaras enemigo. Pues algo así ha debido hacer él conmigo. Soy su enemigo y así me lo indica cada vez que entro en la tienda.

De alguna forma es algo poco habitual: ¿qué propietario de una tienda tira piedras contra su propio tejado? Es decir, sabe que soy un cliente habitual. Por el tipo de compras que hago supondrá que en mi casa necesitamos varios de los productos que él vende. Sabrá también que siempre se pueden comprar en otra parte. Por ejemplo, la Leche desnatada certificada sin lactosa también está en algún supermercado. Pero me ve rondando todos los días por ahí así que sabrá que vivo al lado. Y así y todo me trata con extremo desdén.

Lo primero es que nunca me dice ni hola ni adiós. Entro, me mira de reojo y a lo suyo. Yo paseo un poco por los pasillos buscando mis cosas, me acerco a su mesa le pongo los productos en la misma, me los cobra y ya está. Ni me mira. La cuestión es que le he visto con otros clientes y sin ser la alegría de la huerta, al menos les habla y les recomienda productos. ¿Qué le he hecho yo a este hombre?

Las tres ventajas de la paleta ibérica que te convencerán

Los jamones siempre han estado presentes en los hogares españoles. Todos recordamos a un abuelo o a uno de nuestros padres cortando jamón en cualquier ocasión especial. Ahora ya no es tan frecuente comprarlo porque en las casas vive menos gente y un jamón a menudo se hace excesivo para el consumo. Pero, ¿y la paleta? ¿Has pensado en las ventajas que tiene la paleta ibérica hoy en día? Te las contamos para que descubras esta nueva forma de comer jamón, igual de sabroso y nutritivo.

1) El precio paleta iberica. El precio de una paleta es inferior al de un jamón de la misma calidad y grado de curación. Cuando hablamos de grado de curación no nos referimos al tiempo, ya que un jamón de quince meses de curación y una paleta de doce pueden tener un idéntico grado de curación ya que la paleta necesita menos tiempo debido a su menor peso y a sus características morfológicas. El precio es inferior porque una paleta, para empezar, pesa menos que un jamón lo que ya hace que precise de menos inversión. Pero, además, el precio por kilo también es más económico en una paleta.

2) El tamaño de la paleta. Una paleta es bastante más pequeña que un jamón. Es fácil encontrarlas entre cuatro y cinco kilos de peso. Teniendo en cuenta que un 60% es grasa y hueso, la cantidad de carne que resulta puede ser consumida por una familia pequeña, incluso por una pareja, en un tiempo razonable para que no se seque en exceso. Sin embargo, un jamón es mucho más grande y fácilmente alcanza el doble de peso, lo que hace que resulte excesivo cuando no son muchas las personas en casa.

3) El sabor de la paleta. Por supuesto, todas las ventajas de la paleta ibérica no tendrían sentido si luego el producto no estuviera a la altura de las expectativas del consumidor. La paleta ibérica tiene un sabor delicioso, ligeramente más intenso que el del jamón pero difícil de diferenciar para la mayoría de los paladares no entrenados. Una delicia más, muy típica nuestra y que no solo arregla rápidamente cualquier merienda o cena ligera, sino que es perfecta para cuando llegan invitados inesperados porque con un plato de paleta recién cortada y una copa de vino, convertirse en el anfitrión perfecto es muy sencillo.

¿Es posible comprar un batido realmente natural?

A los niños les gustan los batidos, esto es un hecho. Y a los padres nos gustaría que lo que bebieran fuera un batido 100% natural, sobre todo cuando se lo toman fuera de casa y hay que recurrir a un producto comprado. Por eso, encontrar una buena alternativa que nos garantice que el niño está tomando un auténtico batido de leche con productos naturales es tan importante.

Para conseguirlo, el primer paso es leer bien las etiquetas. Muchos productos que ponen en grandes letras que son naturales no pasan el control de una primera lectura. Es el caso de muchos zumos que se venden como una alternativa sana pero que están realizados a base de concentrados y azúcares y no tienen nada de natural.

Lo primero que hay que saber es que cuando se lee una etiqueta, el orden de los ingredientes explica también la cantidad en la que se contienen. El ingrediente que está en primer lugar es el principal. Por eso, cuando buscamos un batido natural lo primero que tiene que salir es la leche.

Lo ideal sería que un 95% del producto fuera leche, ya que es la base de estas bebidas. Si esto es así, querrá decir que el porcentaje que tenga del resto de ingredientes no será muy alto y eso incluye los azúcares. Si es posible, escoge un batido que tenga azúcar de caña, mucho más saludable que los azúcares blancos.

Además de fijarte en lo que el batido tiene, debes de buscar lo que no tiene y esto incluye a todo lo que comienza por las famosas “E”. Todo aquello que es una E seguida de un número es un colorante, conservante o saborizante químico. Por tanto, ya no estaríamos ante un producto natural realmente.

En el mercado existen alternativas a estos productos químicos. Todos sabemos que los niños comen con los ojos en muchas ocasiones y que, si se les da un batido de fresa, quieren que sea rosa porque no entenderían que tuviera un color demasiado pálido. Los colorantes naturales, en este caso a base de tomate, pueden darle al batido ese aspecto atractivo que los niños buscan sin dejar de ser totalmente naturales.

Los aromas también hacen más atractivo el producto y ayudan a que tenga un sabor más intenso. Estos aromas pueden ser también naturales. Con todas estas características, estaremos ante un batido natural 100% que encantará a tus hijos.

Una producción alimentaria sostenible

Cuando yo empecé a trabajar con pequeñas empresas productoras y distribuidoras todavía existía un gran desconocimiento acerca de lo que significaba a efectos prácticos un producto ecológico. Fue a partir de la puesta en marcha de una etiquetación oficial por parte de la Unión Europea cuando supimos bien a qué atenernos.

¿Y cuáles son los requisitos que debe cumplir un producto para poder portar esa certificación ecológica? En los últimos tiempos he estado trabajando con una firma de lácteos y derivados. Actualmente, la leche ecológica es un alimento que no abunda tanto como otros y es difícil encontrar, por ejemplo, Leche semidesnatada sin lactosa Ecológica certificada en un supermercado.

Y es difícil porque cumplir con las exigencias de la normativa pone a los productos ante una serie de retos. Por supuesto, no se puede usar organismos modificados genéticamente, refiriéndose en este caso al pienso transgénico esencialmente. Tampoco se pueden usar sustancias químicas o pesticidas en los cultivos que alimentan a los animales. Así mismo, existe la obligación de aprovechar los recursos naturales de la zona de forma que se genere una estructura económica local en torno a la producción.

Todo ello para conseguir que llegue al supermercado Leche semidesnatada sin lactosa Ecológica certificada. El problema para muchos productores comienza a la hora de poner en marcha su negocio. Si ya es difícil hacerlo en una situación normal, más cuando aspiras a que tus productos sean considerados ecológicos. Sin embargo, el beneficio a medio y largo plazo puede ser mayor, teniendo en cuenta que este tipo de alimentos están en un imparable crecimiento comercial gracias al cambio en las prácticas de los consumidores.

En mi trabajo, asesoro a emprendedores del sector que desean conseguir la certificación ecológica ofreciéndoles diversas alternativas para cumplir los diferentes requisitos. Aunque los arranques son difíciles, en este momento se está abriendo un gran mercado en el que cabe la mayoría de pequeños productores si hacen bien su trabajo. La credibilidad de una firma que cuenta con la certificación ecológica siempre será mayor que una firma sin ella, y eso el consumidor cada vez lo valora más.

Yogures y polvorones

Ha llegado un momento en que no soporto más a toda esa gente que se pasa la vida criticándolo todo, buscando tres pies al gato, y dando cancha a cualquier teoría de la conspiración que se les cruce por delante: son gente que viven a la defensiva esperando cualquier indicio para afirmar “esto ya lo decía yo”. Son unos cenizos, eso es lo que son.

En la última cena de Nochebuena me topé con uno de los mayores cenizos que he conocido nunca: el hermano de mi novio. Así es, mi cuñado cumple a la perfección con su denominación: todo lo sabe, sobre todo tiene opinión, y nunca coincide con la de la mayoría, por supuesto. Lo último fue atacar mi alimentación llegando a decir que eso de las intolerancias es “mentira”, que es todo una “estrategia publicitaria”.

En un momento de la cena (el condenado me tocó en frente y no había manera de rehuírlo) me habló de mis costumbres alimenticias, como él lo llama. Sabe que yo soy vegana, que tengo algunas intolerancias y que trato de cuidarme siempre que puedo. Como no comí nada de carne en la cena, le pareció algo insólito y decidió atacarme. Le tuve que explicar que es bifidus mientras él ponía cara irónica esperando su momento para sacar la artillería pesada.

Tengo que admitir que el chaval se lo trabaja, debe tener mucho tiempo libre, porque siempre tiene opinión y puede que, incluso, algunas de las cosas que dice sean ciertas, pero su objetivo final era tratar de ridiculizarme delante de todos. Mi novio, el pobre, se lo toma a broma: dice que lo mejor es dejarle, que es una vez o dos veces al año y que no hace daño a nadie…

Y es que cuando llegó el postre yo me negué a probar las “delicias” propias de la Navidad. Mi suegra conoce y respeta mis costumbres: a ella no le tengo que explicar que es bifidus. Me puso un yogur de los que yo suelo tomar, independientemente de que sea fiesta o no, pero mi cuñado no podía parar de reír… casi se ahoga con su polvorón.